Estamos asistiendo a una de las mayores transformaciones de la historia tanto del sistema educativo como del sistema productivo. Este cambio es debido al progreso tecnológico y, en particular, a la digitalización y la inteligencia artificial. Las nuevas tecnologías están afectando drásticamente a las herramientas pedagógicas y van a producir grandes cambios en la demanda y la oferta educativas, especialmente de las universidades.
Fedea publica hoy un trabajo de José Ignacio Conde-Ruiz (Fedea y UCM), Juan José Ganuza (FUNCAS y UPF), Carlos Victoria (UCM) y Manu García (Washington University in St. Louis y Federal Reserve Bank of St. Louis) donde se analiza, utilizando datos españoles, el impacto que el cambio tecnológico y la inteligencia artificial pueden tener sobre la demanda de estudios universitarios.
El articulo aborda tres aspectos. En primer lugar, realiza un análisis retrospectivo de la evolución de la demanda universitaria en las últimas tres décadas. A continuación, partiendo de la literatura académica que analiza el nivel de exposición de cada ocupación al cambio tecnológico y utilizando los patrones de empleabilidad de los distintos grados universitarios, se elaboran tres índices (índice de “rutinización” (o “automatización”) (Routine Task Intensity), índice de exposición a la inteligencia artificial e índice de exposición al software) para cada grado. Estos índices, elaborados para cada carrera universitaria, son muy informativos para explicar tanto las salidas laborales como el salario esperado de sus egresados.
En tercer lugar, en el artículo se clasifican los distintos grados universitarios utilizando los índices calculados. El ranking de los grados universitarios utilizando el índice de “rutinización” (RTI) indica aquellas carreras que están formando trabajadores en ocupaciones que, al tener un alto porcentaje de tareas rutinarias, corren un mayor riesgo de ser reemplazadas por la tecnología. Todos estos grados universitarios tendrán que adaptar, seguramente, su plan de estudios para dar una formación a sus estudiantes que les permita encontrar ocupaciones que no se encuentren en riesgo de automatización.
Los rankings de los grados universitarios usando los índices de exposición a la tecnología (ya sea al software o a la inteligencia artificial) tiene una interpretación distinta. Si tienen un índice alto, significa que los estudiantes que cursan esos grados acceden a ocupaciones que, o bien están expuestas al software, o bien están expuestas a la inteligencia artificial. Como sostienen los autores, en este caso no es necesariamente negativo tener un índice (software o inteligencia artificial) alto, pues va a depender de si dicha tecnología es complementaria o sustitutiva a las competencias del estudiante. Si la formación universitaria es complementaria al avance de la tecnología, los estudiantes que cursan esos grados no corren riesgo en cuanto a las ocupaciones que desempeñarán en el futuro. En este sentido, todas las carreras con índices elevados de exposición a la tecnología (software o inteligencia artificial) deben actualizar sus contenidos y planes de estudio, prestando especial atención al progreso tecnológico.
Más información
Conde Ruiz, J. I., Ganuza, J.J., García, M y Victoria, C. (2024). “La Demanda de Educación Superior ante el Cambio Tecnológico y la Inteligencia Artificial” FEDEA, Estudios sobre la Economía Española no. 2024‑09, Madrid