La pandemia de COVID-19 tuvo un impacto significativo en los mercados laborales a nivel mundial, afectando especialmente a los trabajadores más vulnerables, entre los que se encuentran los trabajadores temporales. En respuesta a esta crisis, España implementó una ampliación sin precedentes de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTEs), brindando protección a estos trabajadores y generando un cambio significativo de política en comparación con crisis anteriores.
Fedea publica hoy un trabajo de Raquel Carrasco (UC3M y Fedea), Virginia Hernanz (U. de Alcalá) y Juan Francisco Jimeno (Banco de España y U. de Alcalá) en el que se analizan los efectos a corto y medio plazo de estos ERTEs en el empleo y los salarios de trabajadores indefinidos y temporales en España. Para ello, se utilizan datos administrativos de la Muestra Continua de Vidas Laborales (MCVL) desde febrero de 2020 hasta diciembre de 2021. Los resultados del estudio muestran que los ERTEs tuvieron efectos positivos sobre ambos tipos de trabajadores y que, si bien no cerraron por completo la brecha entre trabajadores temporales y permanentes, sí que ayudaron a reducirla.
En concreto, en diciembre de 2021, los empleados fijos que entraron en ERTE en abril de 2020 tenían una probabilidad 23,5 puntos porcentuales mayor de seguir empleados que los empleados fijos que se fueron despedidos. Los trabajadores temporales también se beneficiaron, ya que, en comparación con sus homólogos desempleados, tenían una probabilidad 13,1 puntos porcentuales mayor de estar empleados en diciembre de 2021. Por otra parte, al comparar trabajadores permanentes con temporales que entraron en ERTE en abril de 2020, nuestras estimaciones indican que los temporales se beneficiaron más, ya que el impacto de entrar en ERTE incrementó la probabilidad de estar empleado en diciembre de 2021 en 10 puntos porcentuales para los trabajadores temporales respecto a los permanentes. La participación en los ERTEs también repercutió positivamente sobre todo en los salarios de los trabajadores temporales, con un aumento salarial de alrededor del 5% para los que no cambiaron de empresa y del 10% para los que sí cambiaron. En el caso de los trabajadores fijos, solo se estimaron efectos salariales positivos para los que cambiaron de empresa, sin que se detectaran efectos significativos para los que permanecieron con el mismo empleador.
Los autores concluyen que sus resultados evidencian los beneficios potenciales de ampliar la legislación de protección del empleo para incluir a los trabajadores temporales, subrayando la importancia de políticas laborales más inclusivas y equitativas.
Más información
Carrasco, R., V. Hernanz y J. F. Jimeno (2024) “Employment Protection by Job Retention Schemes in a Segmented Labor Market.” FEDEA, Estudios sobre la Economía Española no. 2024-25. Madrid.