La presión fiscal en España ha aumentado en 2,9 puntos del PIB desde la pandemia, aunque sigue siendo inferior a la media de la Eurozona (en 3,6 puntos de PIB).
La menor cotización social del trabajador explica el 75% de la diferencia con la Eurozona.
Las cifras publicadas por Eurostat para el ejercicio 2022 muestran que la presión fiscal media en la UE prácticamente no ha variado desde 2019, año anterior al inicio de la pandemia (de 41% a 41,2% del PIB). La evolución en España, sin embargo, refleja un importante incremento de 2,9 puntos de PIB (del 35,4% al 38,3% del PIB), asentada en buena parte en la imposición sobre la renta (+1,9% del PIB) y dentro de ésta, en los impuestos personales (+1,25% del PIB), sobre todo, consecuencia de la no actualización de la tarifa y las deducciones personales en el IRPF. Los impuestos sobre el consumo también han aportado al crecimiento de la recaudación (0,5% del PIB) si bien en menor medida que los que giran sobre la renta; al igual que las cotizaciones sociales (0,5% del PIB) concentrada en la cuota social del empleador (0,5% de PIB).
Esta evolución ha reducido el diferencial de presión fiscal en España respecto a la media (ponderada) de la Unión Europea hasta situarla en -2,9 puntos de PIB y -3,6 puntos con la Zona euro. La presión fiscal en España, no obstante, es mayor que la media de la UE y la Zona euro utilizando la media aritmética (+1 y +0,4% de PIB respectivamente).
El análisis de la diferencia por tipos de ingresos refleja que tres cuartas partes de la menor presión fiscal con la media de la Zona euro está localizada en la cotización social del trabajador (-2,7 puntos de PIB). Le sigue a bastante distancia la que gira sobre el consumo (-1 punto de PIB) una tercera parte de la cual está en el IVA (-0,3 puntos de PIB) y la de los impuestos sobre la renta (1 punto de PIB) con mayor peso en el impuesto sobre los beneficios de las corporaciones (0,6 puntos de PIB). La cuota social del empleador, sin embargo, recauda bastante más de de la media de la Zona Euro (1,8 puntos de PIB).
Para alcanzar una distribución de la presión fiscal igual a la de los países del euro se necesitaría aumentar la imposición sobre la renta y el consumo, pero, sobre todo, aumentar la cuota social del trabajador reduciendo su salario neto en un 7,3%.
La distribución de las diferencias por tipos de tributos y de cotizaciones sociales muestra una estructura bastante peculiar del sistema tributario español, que mejoraría si se aplicarán las recomendaciones del último Comité de expertos en esta materia (Ruiz Huertas et al, 2022)[1] con objeto de ampliar las bases imponibles para incrementar la recaudación ayudando a mejorar el crecimiento de la economía española.
Más información
García Díaz, M. A. (2023). “La presión fiscal en España y en la UE.” FEDEA, Colección Apuntes no. 2023‑19. Madrid.
[1] Libro Blanco sobre la reforma tributaria. Ruiz Huerta, J (presidente del Comité de personas expertas) et al. Instituto de Estudios Fiscales, 2022.