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Observatorio Laboral de Fedea: Segundo Trimestre de 2018

La Encuesta de Población Activa del segundo trimestre de 2018 arroja sin duda un balance muy positivo en cuanto a la creación de empleo. El número de personas ocupadas ha aumentado en los últimos 12 meses en 469.900. Además, gran parte de este aumento se produce en contrataciones indefinidas, lo cual supone un cambio respecto a trimestres anteriores. El número de personas desempleadas ha descendido en 424.200 en el último año. Por último, se observa un repunte muy significativo en la población activa.

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Distribución laboral

En el segundo trimestre de 2018 la ocupación se sitúa al nivel de 2009, superando los 19 millones de personas empleadas. Aunque todavía faltarían 4 puntos porcentuales para alcanzar los niveles de máxima expansión económica, el aumento interanual de la tasa de empleo es de 1,1 puntos, situándose en el 49,8%.

A nivel regional se encuentran claras diferencias noreste-suroeste. Diferencias, por otra parte, que ya se veían en momentos previos a la crisis. En concreto, destacan Baleares, Madrid, Cataluña, Aragón, Navarra y La Rioja donde más de la mitad de la población mayor de 16 años está trabajando. Por el contrario, en Extremadura a penas el 42% de su población adulta tiene un empleo.

En cuanto a la inactividad encontramos un patrón muy similares al de 2007. Es particularmente positivo el aumento experimentado en el número de activos, que alcanza las 107.000 personas en los últimos 12 meses. Destaca Asturias por ser la región con mayor incidencia de inactivos (49,2%). También encontramos otras regiones como Extremadura, Castilla y León o Andalucía donde, pese a tener tasas de inactividad superiores a la media nacional, el peso de los inactivos ha descendido ligeramente desde el inicio de la recuperación económica.

Tasa de paro

La tasa de paro en el segundo trimestre de 2018 se sitúa en el 15,28%. El nivel actual es ligeramente inferior al observado en el mismo trimestre de 2009 y 2 puntos por debajo que hace exactamente un año. Sin embargo, encontramos grandes disparidades regionales. En concreto, en la mitad norte vemos unas tasas inferiores al 14%, destacando Aragón, Navarra y País Vasco con unas tasas de desempleo de, aproximadamente, el 10%. Por el contrario, la mitad sur presenta unas tasas muy superiores, destacando negativamente Andalucía y Extremadura con más del 23% de paro.

Pese a que, por sexo, la tasa de paro ha evolucionado muy similarmente desde los comienzos de la crisis, a partir de 2016 encontramos una diferencia mantenida, siendo la tasa de paro de los hombres inferior a la de las mujeres en aproximadamente 4 puntos. Sin embargo, hay regiones donde esta disparidad no se produce, véase País Vasco, Baleares y Comunidad de Madrid. Por el contrario, la diferencia se acentúa especialmente en Castilla-La Mancha, Extremadura, Murcia, donde las mujeres sufren unos niveles de desempleo muy superiores a los hombres.

Los jóvenes son los más perjudicados por las tasas de paro, pues la tasa de paro media para este colectivo es del 34,7%. Durante el periodo de recesión, el desempleo del grupo de mediana edad estaba siendo superior al de los mayores de 45, sin embargo, en este trimestre han convergido en torno al 14%. Por edad también encontramos grandes disparidades norte-sur en las tasas de paro.

Atendiendo al nivel educativo, algunas regiones han alcanzado niveles de desempleo notablemente bajos para aquellos con estudios superiores: es el caso de Aragón, Navarra y Baleares, con tasas de desempleo en torno al 5%.

Ocupados

Estando cerca de alcanzar niveles de ocupación previos a la crisis, encontramos que la incidencia de las mujeres entre las personas empleadas es mayor en todas las regiones. Sin embargo, en Castilla – La Mancha y Extremadura apenas 4 de cada 10 personas empleadas son mujeres. Pese a no alcanzar la paridad en ninguna Comunidad Autónoma, algunas están muy cerca, como son País Vasco, Galicia y Madrid, con más de un 48% de mujeres empleadas.

Por otro lado, el colectivo de personas ocupadas no ha dejado de envejecer desde el comienzo de la crisis. En concreto, en el Principado de Asturias apenas 2 de cada 100 ocupados es menor de 25 años y 1 de cada 2 es mayor de 45 años. En el otro lado de la distribución por edad encontramos las regiones del este, destacando Cataluña, Baleares, Comunidad Valenciana y Murcia, donde aproximadamente 6 de cada 100 ocupados son jóvenes.

Los niveles educativos de los ocupados han aumentado notablemente desde el inicio de la crisis. En 2007 un 32,7% de los trabajadores tenía estudios universitarios, 11 años después el 42,7% los tiene. Destaca País Vasco con unos niveles educativos muy por encima de la media, donde el 55,4% de sus ocupados tienen estudios superiores.

Respecto el empleo público o privado, el panorama es muy similar al del año anterior. Para el total nacional, el peso del empleo público se ha incrementado ligeramente. En concreto, ha aumentado en 417.000 personas en el sector privado y 114.000 en el público. Sin embargo, sigue destacando Extremadura, como la región con la mayor incidencia del empleo público:1 de cada 4 empleados. Además, hay una baja incidencia del empleo público en el Levante, tendencia muy similar a la observada en 2007.

Respecto al tipo de contrato, en el último año el número de asalariados ha crecido en 567.000 personas: 416.000 más con un contrato indefinido y 151.000 más con contrato temporal. Esto es sin duda una buena señal: dado que la mayoría de empleos de nueva creación se realizan mediante contratación temporal, este fuerte aumento en la contratación indefinida indica que se ha producido una sensible conversión de contratos temporales hacia indefinidos. Esto también se puede ver en el siguiente gráfico: pese a que con la crisis aumentó el peso de los indefinidos debido a la destrucción de empleo, con la recuperación de empleo no se está incrementando el peso de la temporalidad, como podríamos esperar. Sin embargo, desde el punto de vista regional, se observa una clara diferencia norte sur, aunque no tan marcada como en el momento previo a la crisis. Destacan Andalucía y Extremadura con una tasa de temporalidad superior al 36%. Por el contrario, Madrid presenta una temporalidad del 19,5%, ligeramente inferior a la de hace un año.

Parados

Pese a que los parados tampoco han dejado de envejecer durante la crisis al observar la composición de personas desempleadas por edad se observa un perfil muy diferente al de las personas ocupadas: un 14% de las personas desempleadas tienen menos de 25 años, frente a un 5% de ocupados de esta edad. Esto muestra un claro desajuste entre la oferta y la demanda de trabajo en el país. En concreto, en el último año se muestra un claro envejecimiento de las personas desempleadas, destacando Castilla y León (con un aumento de casi 7 puntos entre los mayores de 45 años), Aragón (aumento de 7,4 puntos) y la Comunidad Valenciana (aumento de 5 puntos).

Por último, es importante destacar la duración del desempleo. En el segundo trimestre de 2018 encontramos un 56,1% de personas desempleadas de larga duración, una caída interanual de 3,2 puntos porcentuales. Pese a un fuerte aumento de los parados de larga duración, desde 2014 la incidencia de éstos no ha dejado de disminuir, situándonos actualmente en niveles de 2012. Destacan positivamente Baleares y La Rioja, dónde los parados de larga duración suponen el 37,5% y el 44,8%, respectivamente.