Fedea publica hoy una nota de Angel de la Fuente (FEDEA e IAE-CSIC) en la que se construyen proyecciones tentativas del impacto del Covid-19 sobre la evolución del PIB y sobre las cuentas públicas españolas en función de la duración del proceso de normalización económica que ahora comienza. Los cálculos se apoyan en el avance de la Contabilidad Trimestral del primer trimestre de 2020 del INE y en otros datos y previsiones de reciente publicación sobre el gasto en y el número de beneficiarios de las prestaciones por desempleo y cese de actividad.
El INE estima que el PIB del primer trimestre de 2020, medido a precios constantes (o “en volumen”), se redujo en un 5,2% en relación al trimestre anterior y en un 4,1% en relación al mismo trimestre del año pasado. Aunque estas caídas son con diferencia las mayores desde el inicio de la serie en 1995, sus valores no ofrecen una imagen fiel de la magnitud del shock porque los efectos de éste sobre la actividad se diluyen al considerar el conjunto del trimestre. De la Fuente corrige este efecto y concluye que durante la primera quincena de confinamiento la producción total se redujo en un tercio en relación a su nivel “sin Covid” aunque con enormes diferencias entre sectores. En el sector de hostelería, comercio y transporte y en las actividades artísticas y recreativas la producción cayó en más de un 60%. Esta cifra se redujo al 16% en la industria y al 8% en los servicios financieros, mientras que en los servicios públicos, entre los que se incluye la sanidad, se registró un ligero repunte.
Partiendo de estas cifras, en la nota se construye una proyección del PIB de 2020 bajo el supuesto de que la perturbación va reduciéndose linealmente con el tiempo hasta desaparecer tras N meses, a contar desde finales de abril. Se trata simplemente de ilustrar como la renta total del ejercicio dependerá de la velocidad de vuelta a la normalidad. El cálculo tiene un sesgo claramente optimista porque ignora las posibles complicaciones con las que las empresas podrían encontrarse cuando vuelvan a operar según vayan reduciéndose las restricciones sanitarias y legales a su actividad.
Los resultados se resumen en el Gráfico 1. Si el período de recuperación pudiese acortarse a tres meses, y las empresas pudieran reemprender su actividad en las condiciones financieras, operativas y de demanda de antes de la pandemia, la caída del PIB en relación a 2019 rondaría el 5%, lo que la ya convertiría en la mayor desde al menos 1955. Según se vaya alargando el período de normalización, la caída aumentará, acercándose al 18% si su duración llegase a los 15 meses. Como referencia, la previsión de caída del PIB recogida en el Programa de Estabilidad que el Gobierno español acaba de enviar a la Comisión Europea es del 9,2%, lo que sería consistente con un período de recuperación de seis meses a partir del final de abril.
Partiendo de la proyección del PIB, de la relación observada en el pasado entre el crecimiento del PIB y el de la recaudación tributaria y de datos recientes sobre prestaciones sustitutivas de rentas laborales, en la segunda parte de la nota se aproxima el impacto de la pandemia sobre los ingresos y gastos del conjunto de las administraciones públicas españolas y su déficit presupuestario, también en función de la duración del proceso de normalización. Los resultados se muestran en el Gráfico 2, con las tres variables expresadas en porcentaje del PIB. Incluso bajo hipótesis optimistas sobre la duración de la perturbación, el déficit se incrementaría en más de seis puntos de PIB en 2020, acercando esta variable a los peores registros de nuestra historia moderna.
Documento completo
de la Fuente, A. (2020). “Implicaciones macroeconómicas y presupuestarias del Covid-19: algunas proyecciones ilustrativas.” FEDEA, Colección Apuntes, no. 2020-07, Madrid.
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