Fedea publica hoy un trabajo de Carmen Boado-Penas (Universidad de Liverpool) en el que se describe el origen y funcionamiento del actual sistema de pensiones sueco, uno de los pioneros en la utilización de las llamadas cuentas nocionales, que se ha convertido en referencia de buenas prácticas en materia de previsión social. La adopción del sistema fue fruto de la colaboración y el consenso entre los principales partidos del país y se llevó a cabo de una forma gradual a lo largo de más de una década, comenzando en 1991.
La reforma buscaba garantizar la sosteniblidad a largo plazo del sistema público de pensiones así como mejorar la proporcionalidad entre cotizaciones y prestaciones. Con estos objetivos, se optó por un sistema cuyo ingrediente fundamental es una cuenta individual en la que se van acumulando las cotizaciones de los trabajadores y los intereses devengados hasta el momento de la jubilación, cuando el capital acumulado determina la cuantía de la pensión. Tanto las aportaciones como los intereses o el capital de la cuenta son, sin embargo, sólo virtuales pues las cotizaciones de los trabajadores se utilizan cada año para pagar las pensiones actuales y no se invierten, por tanto, en activos que puedan generar un rendimiento financiero. El sistema sigue siendo, por consiguiente, un sistema de reparto y no de capitalización, pero el cálculo de la pensión se realiza de una forma específica que garantiza la proporcionalidad con las aportaciones realizadas por cada trabajador a lo largo de toda su vida laboral y ayuda a acercar el sistema a la sostenibilidad a nivel agregado mediante la fijación de un tipo de interés nocional consistente con la evolución de la renta agregada de la economía.
Una de las características más atractivas del sistema sueco es su transparencia tanto a nivel agregado como individual. Cada año se informa a los ciudadanos sobre la situación financiera del sistema mediante la publicación de su balance, en el se recogen los derechos acumulados hasta el momento por el conjunto de los trabajadores jubilados y en activo y los activos con los que ha de hacerse frente a tales obligaciones, entre los que destaca el flujo previsto de cotizaciones sociales. El balance es también una herramienta muy importante de gestión y se utiliza para poner en marcha un mecanismo de ajuste automático cuando comienzan a detectarse problemas de solvencia. Este ajuste toma la forma de una reducción transitoria del tipo de interés nocional que reduce el ritmo de crecimiento de los pasivos del sistema. A nivel particular, la agencia sueca de pensiones envía anualmente a los individuos, a través del llamado sobre naranja, información sobre los derechos de pensión acumulados en sus cuentas, así como una simulación de su futura pensión con el fin de facilitar la planificación de sus decisiones de ahorro, oferta de trabajo y jubilación.
Documento completo
Boado-Penas, M. C. (2021). “Reformas del sistema de pensiones: la experiencia sueca.” FEDEA, Documento de Trabajo no. 2021-03, Madrid.