FEDEA publica hoy un trabajo de Miguel Sebastián (UCM) sobre el papel del sector del transporte en el proceso de descarbonización. El autor sostiene que una rápida electrificación del sector es imprescindible para poder cumplir los ambiciosos objetivos de reducción de emisiones fijados por la Unión Europea y por España y propone una serie de medidas que pueden contribuir a una transición más rápida y menos costosa. También argumenta que la electrificación del transporte por carretera supone tanto un reto como una gran oportunidad para uno de nuestros principales sectores industriales.
En la actualidad, el sector del transporte es uno de los mayores usuarios de combustibles fósiles y uno de los principales emisores de C02. El margen existente para la electrificación y la reducción de emisiones varía mucho entre los distintos medios de transporte. En los casos del transporte marítimo y aéreo, aunque empiezan a desarrollarse las tecnologías necesarias, sus costes son todavía muy elevados y no se vislumbran posibilidades de avanzar significativamente a corto y medio plazo. En el caso del ferrocarril, las posibilidades son mucho mayores. La red de transporte de pasajeros a media y larga distancia ya tiene un elevado grado de electrificación y se ha ampliado mucho en años recientes, especialmente en el caso del AVE. Sin embargo, queda mucho por hacer en relación con el transporte de mercancías, en el que el ferrocarril tiene una cuota del 2% frente a un promedio europeo del 18%, y con las redes de metro y cercanías, que todavía están lejos de alcanzar un despliegue óptimo.
Las mayores oportunidades de avance en la descarbonización se concentran en el transporte por carretera, que en la actualidad genera un 25% del total de emisiones de gases de efecto invernadero, que además están creciendo a un ritmo superior al del PIB. Con el actual mix de generación eléctrica, producir la energía utilizada por un vehículo eléctrico emitiría en torno a la cuarta parte del C02 que un vehículo de combustión y el uso del primero reduciría también muy significativamente la emisión de otros gases y partículas contaminantes con efectos muy nocivos para la salud. Los motores eléctricos son, además, mucho más energéticamente eficientes que los de combustión, con lo que el aprovechamiento de la energía primaria es sensiblemente mayor y los costes variables por kilómetro recorrido son en torno a cinco veces menores.
La producción de automóviles es en la actualidad la actividad industrial más importante de nuestro país. España produce anualmente unos 2,8 millones de vehículos que se exportan en un 85%. De cara al futuro, es crucial que el sector se reoriente hacia la producción de vehículos eléctricos, lo que exige entre otras cosas el desarrollo de o acceso a una tecnología mejorada de baterías.
El trabajo se cierra con algunas recomendaciones para acelerar y favorecer la penetración del vehículo eléctrico, tanto desde el punto de vista de la demanda como de la oferta. El autor destaca la necesidad de medidas de oferta que ayuden a atraer nuevos modelos eléctricos a nuestras fábricas y apuesta por la electrificación de las flotas públicas de vehículos, la inversión en I+D+i en movilidad eléctrica y la provisión de infraestructuras de recarga.
Más información
Sebastián, M. (2019). “La electrificación del transporte.” FEDEA Policy Papers no. 2019-05, Madrid.