Macroeconomía

Este es uno de los principales resultados de la nueva edición del Observatorio del Ciclo Económico en España, una iniciativa conjunta de la Fundación Rafael del Pino, BBVA Research y Fedea 

BBVA Research, Fedea y la Fundación Rafael del Pino han lanzado de forma conjunta la quinta edición del Observatorio sobre el Ciclo Económico en España, que tiene periodicidad semestral. Este Observatorio analiza y cuantifica la influencia de un amplio conjunto de factores estructurales que determinan los ciclos económicos con la ayuda de un modelo diseñado por investigadores de las tres instituciones implicadas. El modelo utilizado en esta ocasión se ha enriquecido para añadir nuevas perturbaciones que estudiar y nuevas variables que analizar.

Este quinto Observatorio se centra en evaluar los factores que explican el comportamiento cíclico de la producción durante la crisis del COVID-19, pero también los que ayudan a entender las variaciones de los ingresos y el déficit públicos. Para ello, se utilizan datos macroeconómicos observados hasta 3T2020 y las previsiones para 4T2020, exógenas al modelo, de BBVA Research (2020). 

La contracción interanual del PIB por población en edad de trabajar (PET) alcanzó el 25,3% en 1T2020 situándolo en niveles de la segunda mitad de 1997. La fuerte recuperación en el 3T2020 ha dejado la caída entre el último trimestre de 2019 y el tercero de 2020 en 10 puntos. Las previsiones para el último trimestre del año estiman que el PIB por PET se quedará aproximadamente un 8,7% por debajo del de finales de 2019

Entre los factores de oferta, la productividad total de los factores es la que explica en mayor medida la caída de la producción (con una caída media de 8,5 puntos durante los tres primeros trimestres). También a partir del segundo trimestre del año la contribución negativa de las perturbaciones asociadas a los márgenes en la fijación de precios y salarios va cobrando vigor.

Las perturbaciones a los tipos impositivos efectivos sobre trabajo y capital (fundamentalmente los primeros) también están contribuyendo a explicar las caídas del PIB respecto a hace un año, ya que en el conjunto de 2020 podrían acabar detrayendo, en promedio, 0,7 pp. de crecimiento.

Entre los factores de demanda cabe destacar la notable aportación positiva del crédito bancario que durante los tres primeros trimestres del año aportó casi 2 puntos porcentuales a la variación del PIB por PET. En el lado negativo de la balanza tenemos las perturbaciones de consumo privado y demanda de viviendas, y las que afectan al comercio exterior, con un peso muy importante en el 2T.

Las perturbaciones al consumo público han desempeñado un papel contracíclico a lo largo de 2020, con una contribución positiva media de alrededor de 0,2 puntos de crecimiento desde el segundo trimestre en adelante. Por su parte, las de la inversión pública presentan una contribución neutra en el conjunto de 2020, aunque con diferencias entre trimestres. 

En la vertiente de los ingresos, mientras que las perturbaciones que afectan a los ingresos por el impuesto sobre el trabajo tienen un claro comportamiento procíclico, llegando a reducir en más de 1,5 puntos el PIB por PET en el segundo trimestre, las de los ingresos por consumo han contribuido a mitigar la caída de la producción a lo largo de todo 2020. A su vez las perturbaciones que afectan al impuesto de capital tienen una contribución menor y asimétrica a lo largo del año.

De la recaudación por impuestos, es la del consumo la que sufre un mayor desplome, con una caída interanual de más del 40% en el 2T, que se recupera parcialmente hasta disminuir un 25% en el 3T. 

La política fiscal que se realiza a través del consumo público, la inversión o los impuestos explica una parte muy reducida (y en algún trimestre en sentido contrario) del cambio experimentado en la ratio de déficit público sobre PIB, que en términos interanuales aumentó en casi 17 puntos porcentuales. Otros shocks que afectan a las bases imponibles, y las transferencias fiscales a hogares y empresas son los principales responsables del deterioro del saldo primario presupuestario. 

Si se cumplen las previsiones para el último trimestre de 2020, a final de año tendremos una tasa de vacantes significativamente menor que en 2019, idéntica a la del tercer trimestre de 2014, pero con 6,6 puntos menos de desempleo que entonces. Sin duda, los avances y mejoras en la regulación laboral tras la reforma de 2012 y a las medidas adoptadas durante la crisis han aumentado la flexibilidad interna con la que empresas y trabajadores pueden hacer uso de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo. De hecho, a pesar de que la destrucción de empleo ha sido relativamente acotada, se constata que el número de horas efectivamente trabajadas se redujo un 4,5% y un 21,7% en los dos primeros trimestres del año y se recuperó un 24,7% en el tercero


Observatorio sobre el Ciclo Económico en España 
Madrid, 2 de diciembre de 2020

Macroeconomía

Las opiniones recogidas en estos documentos son las de sus autores y no coinciden necesariamente con las de FEDEA.